Historia General del Pueblo Dominicano Tomo I

y se lia repetido durante añ os en toda A m érica Latina M D urante años, los dom inicanos presenciaron com o en tiem pos de cuaresm a, que es una ép oca de sequía estacional, las m ontañas dom inicanas quedaban a m erced d e los fuegos pegados por los cam pesinos y ganaderos en una lucha sin cuartel co n tra el bosque para con vertirlo en pastizal. Este proceso se repitió m iles de veces en todas partes del país y para finales de la Era d e T rujillo ya sus efectos eran evidentes: las m ontañas sin bosques y los ríos sin agua M En 1967. seis añ os después de la m uerte d e Trujillo, se calculo que apenas quedaban 9 m illones de tareas de bosques en la R epública D om inicana, en contraste con los 4 6 m illones que había en 19 16 . Los pinares fueron los bosques que mas sufrieron la acción de los aserraderos. En el 1939. C h ard ó n calculó que había en el país 12 m illones d e tarcas d e pinos. E11 1967. cuando el G o b iern o dorni nicano por fin clausuró los aserraderos, apenas quedaban 3 5 m illones d e tareas *: Im presiona mucho la velocidad con que la R epública D om inicana ha cam biado su fisonom ía geográfica. Si se exam ina el Prim er C e n so N acional de Población levantado por el G o b iern o m ilitaren 19 2 0 , lo que dicen las estadísticas es que la m ayor parte d e la población vivía en el cam po M El patrón d e asentam iento de la gran m ayoría de los dom inicanos consistía entonces en una am plia disem inación de aldeas y caseríos enlazados por senderos (••trillos los llam an los dom in ican os), cam inos de herradura y -callejo n es- M Las ■ciudades d e entonces eran pocas, casi siem pre cabeceras d e provincias o de m unicipios im portantes: Puerto Plata. Santiago. M on te C risti. La Vega, M oca, San Francisco, A zua. Baní, San C ristóbal, San Pedro d e M acorís, 1 ligüey. El Seibo, La R om ana y Barahona. adem ás de San to D om ingo, la capital d e la R epública, lodos los dem ás asentam ientos eran pequeñas aglom eraciones de viviendas, casi siem pre chozas de tablas de palm a, tejam an í o yaguas, techadas d e yagua u hojas de cana y m uy raram ente con zinc W En lugares m uy rem otos de las cordilleras, co m o C on stan za, en don de n o había palm as reales ni palm as canas, y 110 bía cam inos que facilitaran la subida de hojas de zin c, los techos eran de tablitas extraídas del corazón d e pinos viejos, dicho otra m anera, tejas d e cuaba M Este fue el patrón de asentam iento dom in an te hasta después de la segunda m itad del siglo x . aunque para en tonces m uchas cosas em pezaban a cam biar d ebido a la construcción de carreteras du ran te y después d e la upación m ilitar estadounidense, particularm ente duran te la Era de T rujillo M E xisten estudios que m uestran la aparición de uchos pueblos nuevos du ran te ese períod o que abarcó los años 19 3 0 a 19 6 1. Los pueblos que m ás rápidam ente crecieron tonces fueron aquellos en don d e T rujillo con struyó industrias o en don d e se abrieron nuevas tierras para la producción de im entos M Ejem plos d e estos pueblos que luego se convirtieron en ciudades son la capital de la R epública. San C ristób al y illa A ltagracia (centros industriales), y M ao, N agu a y La Vega (pueblos arroceros). San Juan d e la M aguana (habichuelas y nado), C o n stan za (vegetales). M oca. Salcedo y San Francisco d e M acorís (plátano, víveres, ganado, leche y cacao). Barahona afé y azúcar). La R om an a (azúcar y ganado) M T an to el gob iern o de T ru jillo com o los gobiern os posteriores invirtieron uchos recursos en la construcción d e vías de com unicación para entrelazar estos pueblos y con ectarlos con los puertos del país con la capital de la R epública, y expandieron la red d e canales d e riego para favorecer la producción de alim en tos para el ercado interno M El resultado de esa evolución f u e un visible cam bio en el paisaje rural dom inicano, pues en d on de antes bía aldeas, ahora surgían pequeñas ciudades, y en d o n d e antes 110 había nada, tal vez 1111 cruce de cam inos o 1111 canal de riego, rgieron aldeas que a su vez term inaron en con vertirse en pueblos. Ejem plos: N avarrete, G uayacanes y G uayub ín , en la Línea oroeste, o los pueblos fron terizos de D ajabón. Lom a d e C abrera. Restauración. Pedro Santana, Báltica. Elias Diña. D uvcrgc y m an í X Tam bién po d em os señalar algunos pueblos de m ontaña que dejaron de ser aldeas y caseríos para convertirse en queñas ciudades com o C o n stan za (ya m encionada). Jarabacoa. San lose d e las M atas. M on d ó n , Santiago R odríguez y San sé de O coa. O bateyes azucareros que se volvieron - ciu d ad es- com o Bajabonico. h oy Im bert, Consuelo, Yaguate. V illa Altagracia Esperanza M A ldeas d e pescadores que antes fueron villorrios m uy pobres se torn aron en «centros u rb an os-, com o Michos. bana de la Mar. Sam aná, Las Terrenas. C abrera. R ío San Juan. A lgun os d e estos deben su reciente transform ación y desarrollo turism o (Las Terrenas. R io San Juan). O tro s son en teram en te nuevos y 110 existían ni siquiera com o aldeas cuan do com enzó el boom del turism o, com o C abarete. Bávaro. V eron, Las Terrenas. Las G aleras X Ese desarrollo 110 habría sid o posible si el país no h ubiera experim en tad o una revolución dem ográfica y si las condiciones d e la vida rural no se hubieran d eteriorado com o sucedió después de la Segun da G uerra M undial M La aceleración de la m igración rural urbana, que com en zó lentam ente después de la ocupación m ilitar estadounidense (19 16 19 24 ). fue detectada tem prano por la licenciada D om itila G arcía Ram os, quien la describió estadísticam ente en su ob ra La migración rural-urbanaenla República Dominicana, publicada en 1947 X A partir de entonces los dem ógrafos dom inicanos han con tin uado observan do y registrando la evolución d e la urbanización del país en excelentes estudios ya publicados. En uno de ellos, todavía inédito, el con ocido d em ógrafo N elson R am írez ha logrado m ostrar que entre 19 50 y 2 0 0 2 el núm ero de lo calid ad es-u rb an as- creció d e 8 1 a 2 2 1. T am bién ha en contrado R am írez que en 19 50 solo había una ciudad -gran d e», la capital San to D om ingo, que entonces tenía 181.553 habitantes y hoy pasa de los cu atro m illones. Para el año 2 0 0 2 ya había en el país o ch o ciudades m ayores d e 10 0 ,0 0 0 habitantes (nueve, si contam os La V ega que entonces tenía 9 8 .0 0 0 ) X I loy. añ o 2 0 12 . son mas num erosas esas -ciu dad es g ran d es- y la población total del país sobrepasa los diez m illones de habitantes, d e los cuales m ás d e siete m illones viven en conglom erados urbanos M HISTO RIA GENERAL DEL rt'EB LO DOM INICANO 1 1 7

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