Historia General del Pueblo Dominicano Tomo I
diez indígenas. D e estos, un o talleció en la trav esía en ferm o de m orbo . otros tres quedaron d olien tes en Sevilla, m uriendo días después, y los seis restantes lo acom pañaron a B arcelona para ser m ostrados a los m onarcas. A un qu e esta prim era expedición tuvo m ucho éxito m ediático, ya que en cada ciudad p o r la que pasaba el cortejo se apiñaba la gente para verlos desfilar,4 los infelices no sirvieron para m as fin que el de ser m ostrados en público corno una curiosidad y solo uno d e ellos ha pasado a la historia: un m uchacho d e la isla de G uan ah aní a quien se bautizó en Barcelona con el nom bre d e D iego C o ló n (nom bre del m enor d e los herm anos del A lm irante y de su hijo prim ogénito, quiza su padrino) y que fue sin lugar a dudas el prim er interprete de los españoles en el N uevo M undo’ M La llegada triunfal de C o ló n a Barcelona encandiló a los Reyes. 1:1 navegante había encontrado una tierra m agnifica, en la que \ ivian unos hom bres dotados de eterna juventud y. com o A dán en el Paraíso, desnudos -com o su m adre los parió» .que lo habían recibido con alecto ofreciendo a los españoles todo cuanto tenían, creyendo que venían del ciclo: para m ayor felicidad, el hecho d e que 110 profesaban religión alguna perm itiría convertirlos sin dificultad a la fe cristiana. Se ofrecía la ocasión óptim a tanto de exten der el evangelio com o de enriquecer el reino con los infinitos tesoros del A sia extrem a. Inm ediatam ente, los m onarcas confirm aron al A lm iran te sus privilegios, pactados en las C apitulaciones d e Santa Fe (abril de 14 9 2 ). y le encargaron que preparase con urgencia una nueva expedición. Filos, por su parte, com enzaron la im prescindible labor diplom ática. Tras ordenar la im presión de la carta anunciando el Descubrim iento, uno de los prim eros best sellen d e la I listona, en la que se proclam aba urbíel orbi que unas naves castellanas, bajo el m ando de C ristóbal C o ló n , habían llegado a -unas islas hacia la India», se percataron de la necesidad d e conseguir un docum ento pontificio que neutralizara las posibles pretensiones d e don luán 11 de Portugal a la posesión de esos territorios." El 3 d e mayó; A lejandro v i concedió a los Reyes españoles la bula Inter coelera I. por la que les donó los territorios recién descubiertos sin establecer un lím ite preciso. Era necesaria m ás concreción, y la eficaz diplom acia d e los católicos no tardo en obtener el docum ento deseado: el 25 d e jun io el papa d ictó la bula Piisjidelíum. dirigida al m ínim o fray B ernardo Boil. por la que se le encargaba la evangelización de las nuevas tierras, y el 28 expidió la Inter codera 11. La nueva bula m arcaba la ruta al Poniente (versus liulos). que evitaba la ruta del Levante portugués (asquead Indos), y señalaba una nueva línea d e partición del A tlántico a cien leguas de las islas de los A zores que delim itaba el ám bito en el que las naves castellanas podían descubrir y ocupar X I as capitulaciones de 1492 otorgaban al genovés la décim a parte de todo lo que rentasen la Indias y el derecho a poner la octava parte de todas las m ercaderías que se enviasen a las nuevas cierras. A si se estableció un m onopolio C o ro n a-C o lo n en el que el A lm irante im puso com o su socio al florentino (uanoto Bcrardi. com o ya hiciera al preparar su viaje de descubrim iento f os piitwcios a ñ o s de f S iiicm a fo cofomfiino (1493-1496) í EL S E G U N D O VIAJE: ERRORES DE P L A N T E AM I E N T O C O M O E R A C O S T U M B R E E N A Q U E L L O S T IE M P O S , ’ la organización d e la flota qu ed o en com en dad a a dos personas: una fue don Juan Rodríguez d e Fonseca, deán de Sev illa y sobrino del poderoso arzobispo, com o experto en finanzas y hom bre de confianza de los Reves: la otra, el propio don Cristóbal, m as conocedor d e los aspectos técnicos y las necesidades del viaje. Fueron nom brados, com o contador d e la arm ada. Bcrnal Díaz, de Pisa; com o veedor. D iego M arque,* y com o alguacil mayor, G il G arcía: no es seguro que fuera com o tesorero Pedro de Villacorta. Los nobles y los altos funcionarios, m uy atentos al éxito d e la em presa, enviaron por si acaso a la tierra recién descubierta a algunos de sus criados: el duque d e M edinaceli. a A lon so de O jeda: don A lvaro de A taíde. al portugués Juan G onzalves" y don Juan d e Fonseca. a G inés de C orbalán M Los Reyes ordenaron a Fonseca que se pusiera en con tacto con Juanoto Berardi.” Por su parte, el florentino recibió las cédulas reales para aprestar el nuevo viaje el 23 de m ayo de 1493: en principio, la adquisición d e tan solo una nao de ciento cincuenta a doscientos toneles...; e com prada la hagáis pertrechar e ataviare la tengáis presta para cuando vaya a la recibir el A lm iran te d on C ristób al C o ló n , el cual irá presto e vos llevara e pagará los m aravedíes que le costare e pagáredes " M ás adelante se contrataron las restantes naves que 'B artolom é de la* C asas asistió atónito a este cortejo a su paso por la ciudad de Sevilla (Historia Je lasIndias, México. 19 5 1.1 77 [ p a jí a]) 'C olón lo liizo casarcon una herm ana del cacique Guarionex ( 7 tenv.doc. XIv [ p ;i“ J Pedro M ártir. nécades. 1 4. i. Cortas, p.79. P. M ira Caballos. C.acúiticsgtaiiaoscalos imdosdo la colonización:elcas*Je!indio Mego (lolón. supone cjuc se trata del cacique D iego C olón. Solo conocem os el nombre cristiano de otros dos de los indígenas que acom pañaron al Alm irante en esta ocasión Fernando de Aragón y Juan de Castilla (CE I ornando/ do Oviedo. Historia, i 7 [p 31 b]). que tom aron el nombro dol rey y del príncipe heredero. Ver mas sobre la negociación de las bulas en C . Varóla. CristóbalCotón y laconstrucción Jel Suevo Mundo. Santo Domingo. 2 0 10. pp.81 y ss “Asi se hizo en 147$. cuando la organización do la arm ada do Guinea se encom endó a Charles de Valora y al doctor A ntonio Rodrigue/ do Lillo. Cjr. J. Gil. •El despacho do la armada do Guinea en 1476 -.en M a Isabel Maroto- Mariano I stoban Piñeiro (Lds.). Lacienciay el mar. Y'alladolid. 2006. p p 4 i-68. 'Sobro M arque cjr \ Gil. Loscommos y la Inquisición sevillana. Sevilla. 2 0 0 1. IV pp.414-15. Cfe | Gil. /:/ exilieportugués en Sevilla De losBraganaaa Magallanes. Sevilla. 2009. p.163. "N o parece que las relaciones entre Fonseca y Bcrardi fueran fluidas, com o dem uestra una carta de los Royos al arcediano, dol IS do julio do 1494. 011 la que lo obligan a contar con el florentino que estaba en el negocio do parte del A lm irante de las dichas islas, porque ha su poder para ello Col. Doc. p.651 "Ce/. Doc. p.$62 HISTORIA CE NI RAL DEL l’l'CBLO DOMINICANO **-t ifiK jV*
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