Historia General del Pueblo Dominicano Tomo I
no puede esperar: tiene que alim en tarse a diario M D e todos estos fallos no cabe echar la culpa al A lm irante. Si. en cam bio, lo perjudicó su carácter altivo, desdeñ oso y suspicaz, que lo indispuso con no p ocos de sus hom bres. A si. en los preparativos de la arm ada tuvo agrios en fren tam ien tos con el co n tado r Juan d e Soria. En la Española se le insolentaron las lanzas jinetas, el con tador Bernal D íaz d e Pisa y. al final, buena parte de sus propios hom bres. N o se puede ten er la razón en todo y con tra todos, por excelen tes que sean los argum en tos de uno m ismo. A ju icio d e los españoles, al tren te d e la em p resa se hallaba no un capitán cu rtido en mil batallas, sin o un pobre genoves de baja estofa que. encim a, se daba d e repente aires d e gran señ o r: se hacía acom pañ ar, co m o lo s m on arcas, de - con tin o s . y desp legab a b ajo e l so fo can te sol tro p ical to d o el fasto y b o ato de una co rte tan im p o sib le com o irriso ria, ten ien d o a su eld o a m ayordom os, m aestresalas, rep ostero s y sastres. Y. p ara colm o, se llevaba a su herm ano. D iego, tam b ién en n o b lecid o de la n och e a la m añ an a con el D on X C o ló n se q u ejó de o tras m uchas cosas m ás. pues nadie le ganó en eso d e elevar protestas y cu lp ar a los dom as d e sus fracasos. A si. p o r ejem plo, atro n aro n el cielo sus lam en tos p o r no h aber llevado con sigo m ás carabelas que. por p ed ir poca agua, eran las naves m as apropiad as para efectu ar un recon ocim ien to de una costa llena d e arrecifes. La asistía toda la razón si se con sideraban las cosas b ajo la óptica del descubridor: pero antes de d escub rir m ás. ¿110 había q u e tran sp ortar a la gen te a la nueva tierra? X La C o ro n a no escarm en tó co n el d esastre d e 14 9 4 En 13 14 se com etiero n los m ism os erro re s, pero a una escala todavía m ayor, cu an d o F ern an d o el C a tó lic o en vió a p o b la r el D a rién un a p o d e ro sa arm ada al m an d o d e Pedí-arias D ávila: otra exp ed ició n co n d en ad a al fracaso, e n la q u e se vo lviero n a re p etir las m ism as escen as d e ham bre, d eso lació n y m u erte q u e h abían ten id o lugar en la E spañ ola M EL DESASTRE DE LA NAVIDAD . I N I C I O S DE LA C O L O N I Z A C I O N y F U N D A C I Ó N DE LA ISABELA A P E S A R D E L A S P R I S A S Y L O S E R R O R E S S E Ñ A L A D O S , n o faltaron ni lin o ni en ergía en la organización de la segunda expedición al N uevo M undo. D oce d e las diecisiete naves que com ponían el convoy, capitaneadas p o r A n to n io de Torres, debían regresara la Península tan pronto co m o C o ló n encontrara un lugar adecuado para hacer el asentam iento. Llegado Torres a Sev illa, correspondía de nuevo a don Juan Rodríguez de l-dnscca encargarse de despach ar a las Indias las cosas que el A lm iran te sugiriera, y asi sucesivam ente. N o parecía un mal sistem a M La arm ada salió d e C á d iz el 23 de septiem b re'1 y llegó a la Española el 2S de nov iem bre d e 149 3. después d e do s m eses de viaje por las islas caribeñas y de una prim era tom a d e contacto con los belicosos caribes en la G uadalu pe, que se sald o con la m uerte d e varios expedicionarios. M al com ienzo, lo d o s ardían en deseos d e llegar al fuerte La N avidad, asentarse en tierra y com enzar una n ueva vida en el paraíso que les había anunciado la te cunda labia colom bina. “ I a decepción hubo de ser inm ensa al descubrir el 28 d e nov iem b re." tras recorrer la costa d esd e Sam a 11a hasta el ya cercano M onte C risti, q u e el fuerte había sido destruido y qu em ado y m uertos los españoles. ¿Q u é había pasado? ¿C om o era posible q u e unos pobres indios, desarm ados, hubiesen aniquilado en tan co rto espacio d e tiem po a los 39 hom bres que el A lm iran te había dejado en la isla provistos de m unición para un año? ¿Q u é culpa tenía en la m asacre G uacanagarix. el cacique e n el que C o ló n tanto confiaba? Eran preguntas de difícil respuesta. O tro caudillo (1111 Vasco d e G am a, p o r ejem plo) hubiera tom ado crueles represalias en la población taina por lo ocurrido a su gente. M as sabiam ente. C o ló n decidió disim ular y con servar la paz. aceptando las explicaciones q u e le dieron el reyezuelo y los indígenas a través de D iego." que debía ya de en ten derse en castellano. A sí prevaleció com o versión oficial que los cristian os habían cavado su propia tum ba," pues 110 solo no habían obedecido las ordenes recibidas, sino q u e habían enfurecido a los indios al tom arles sus m ujeres G uacanagarix no había p o d id o defen derlos del ataque de C aonab o. el cacique del interior, co n el que el m ism o estaba enem istado M Urgía alejarse de un paraje tan siniestro y h allar con prontitud, desandando el cam ino. 1111 lugar adecuado para levantar una población y. al m ism o tiem po, m as cercano al o ro del que se les había hablado. Los expedicionarios estaban rendidos de fatiga: el propio ['tuvieron presentes en la partida los ¿los lujos de C olon: IX R iego y IV I lom ando. I listone. 44. I. p.2S9 "Sobre el segundo viaje, adem as de los textos de C olón, son fundam entales las cartas que. a los pocos meses de la fundación de la ciudad, enviaron a la Península los doctores G uillerm o C om a (Cartas, pp.r— 203) \ I)iego Alvaro/ C hanca (ib/,Ion. pp .]$2-i“6) L’n año mas tarde, en lebrero de 149S. el saones M idióle de t a meo. redacto la suya, dirigida al mercader genoves Jerónim o A nnari (ibidon. pp. 2 35-260). Eambien liem os de tener presente las Decadcs de Pedro M ártir de Angleria. basadas en las inform aciones que le proporcionaron el propio C olón \ los colonos que regresaban a la Península. !!l >an esta lecha 11 l ’olón. Ili>loric. 49. I. p. 2 “ "* y Cárneo. 6 . t '.arlas, p 243 wAsi dice G onzalo Fernández de O viedo ( Historia. 1 12 [p.47 S egún C hanca (l? [GirfcK.p. i"i|). m ediaron dos interpretes indios según C om a (1 ñ (Oírtos. p. 196]. solo uno D o un truchim án indio se habían servido poco antes, en Namana (cjr. L Tanca (ti p.165] un interprete indio de los q u e iban acá de I spaña preciso V Bcrnal. Memorias. 12 0 (p 2H 9]): \ según C hanca. 12. p.167. fue 1111 indio de los que llevábam os d e C astilla- quien les com unicó la m uerte de los españoles. Ill.a corroboro después el propio Caonabo por confesión propia, una ve/ que fue preso por los españoles, según 11 . C olón. / listone. 60. 11 . p 25 I - H V I O I U A ( 4 X 1 K M l>l I I T r m o i H A t l N I . W O fe * 174 '# *
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