Historia General del Pueblo Dominicano Tomo I

tradicional, novelesca, erudita y científica.1 N o se refieren a etapas tem porales, sin o a form ulaciones que persisten p o r períodos prolongados y coexisten con otras. La tradicional es caracterizada p o r su form ato narrativo y sus posturas reaccionarias, y es cié existencia consuetudinaria. La novelesca oscila en tre narrativa de ficción y discurso histórico: lúe iniciada por M anuel de Jesús G alván . en la segunda m itad del x i x y se prolonga hasta las o b ras d e contem poráneos, com o Pedro T ron eoso Sánchez, lim ones G ru lló n estim a q u e la novelesca n o pasa de ser una reelaboración de la tradicional. En cu an to a la erudita, n o propone con claridad un m om ento d e génesis, pero se puede en ten der que la caracteriza p o r la sustentación en fuentes, com o había sid o propio de los escritos de intelectuales. Por ejem plo, 110 se asum e en bloque una b istoriografía tradicional, si no que se establecen cortes cronológicos o conceptuales que perm iten establecer significaciones. La m etodología de lim ones G ru lló n podría tener cierta validez desde la óptica exclusiva de su época, aunque es cuestionable en to d o sen tid o igualar a Pedro Troneoso y Pedro Mir. para po n er un ejem plo M En el presente capítulo se parte d e una periodización d esd e el prism a del largo plazo o de la reconsideración del con jun to de la historiografía relativa al pueblo dom in ican o y a sus antecedentes en el territorio insular M D en tro d e esta perspectiva, una prim era etapa con siste en el antecedente de lo s cronistas y los funcionarios, que elaboraron textos al m argen de una consideración integrada del colectivo. Es logico que asi fuera, ya q u e para los siglos x v i y x v i i todavía 110 se había com enzado a estructurar el pueblo dom in ican o com o realidad subjetivizada. En una prim era m odalidad (en parte coin cid en te con una sub etap a). correspondiente a los cronistas de Indias. la referencia estaba dada p o r el en to rn o de la expansión españ ola en Am érica. En una segunda expresión, la nota dom inante proven ía d e la relación d e los funcionarios con el m edio local. N o existía, por tanto, una historiografía dom inicana e incluso, salvo los cronistas d e Indias, tam poco podría reconocerse cualquier otra en la acepción m ás com ún M La segunda etapa corresponde al prolegóm eno d e la historiografía local. Se roduce a partir de m ediados del siglo x v m hasta el final d e los tiem pos coloniales. Los contados autores tom an conciencia e la existencia de un colectivo hum ano diferenciado. Percibiendo un hecho objetivo, preten dieron potenciarlo a travos d e sus laboraciones, de m anera invariable conectadas con reivindicaciones d e los sectores superiores criollos. Estos no se proponían om per con España, por lo cual buscaron fórm ulas d e prom oción de sus intereses particulares bajo el dom in io d e la m onarquía. l m arco ideológico d om in an te fue el procesam iento de la Ilustración, aunque en una vertien te conservadora. La atención rim ordial d e las elaboraciones se dirigió al terren o cultural M Fue solo en una tercera etapa cuan do surgió propiam en te na historiografía dom inicana. El fenóm en o se produjo tardíam ente, en la segunda m itad del siglo x ix . tras una prolongada epresión económ ica y dem ográfica. La elaboración d e textos m archó con rezago respecto al surgim iento d e la conciencia do si. resultas de las precariedades m ateriales en que se desenvolvió el proceso y de la fragilidad de la afirm ación nacional. Esta etapa stuvo m atizada por el m arco d e la ideología liberal y la im pronta de la sensibilidad rom ántica, y se con cretó prim ordialm em e a ravés d e una n arrativa política M Una cuarta etapa, que atranca en las ultim as décadas del x ix . se puede caracterizar com o d e stilo analítico. C e d ió la perspectiva política narrativa y ganó cu erpo el enfoque teórico q u e com pagina una m etafísica cultural on la incorporación de lo social. El principal instrum ental utilizado fu e la teoría positivista, introducida en el país en la década e 18 8 0 . I lubo em pero otros enfoques, algunos de los cuales precedieron al positivism o. Esta corrien te estuvo inm ersa en una ación cuyos graves problem as no resueltos convocaban a un exam en acerca d e sus determ inantes. Los intelectuales ratificaron, n form a genérica, la confianza en el h orizonte del liberalism o, pero pusieron en telad o juicio m uchas d e sus certezas a la luz de los rustratorios resultados alcanzados. Fue la tónica predom inante de lo que erradam ente se ha calificado de gran pesim ism o - M ajo la dom inación trujill ista. entre 19JO y 19 6 1. hubo tal grado de articulación en tre los planos políticos y culturales en el sistem a olítico, que se co n fo rm ó una corrien te derivada de la historiografía. La hagiografía y la justificación intelectual del régim en le onfirieron su tónica. Los rasgos despóticos del régim en im pregnaron d e validez pragm ática a tal variante del discurso histórico Pero, adem as, duran te los trein ta y un años del trujillato se expan dió la vertiente académ ica, en m uchas de cuyas expresiones o estaba presente una m anipulación política. Tal práctica académ ica tradicional no d aba continuación a la anterior, salvo en antecedentes aislados de corte erudito, pues desecho la indagatoria m etafísica acerca d e la sustancia del conglom erado. N o obstan te sus perfiles autocraticos. el régim en toleraba cierta variedad d e expresiones culturales, con ral de que no contraviniesen sus propósitos e intereses. La m odernización de la sociedad operó co m o una catapulta para la generalización d e la elaboración historiográfica. U no de los com ponentes d e esta expansión fu e la erudición, expresada m ayorm ente en la edición d e fuentes, de la cual había escasos precedentes en la etap a previa. A un qu e duran te la dom inación trujillista se reconocen dos expresiones luán Isidro limones Grullón. Sociología política dominicana (1844-1966). i vols.. Santo Domingo. 1974-198 0. 1. pp.8. jó . *>2. o i. 10 2-10 4 . 141. 142. 198. 199: I listoria do nuestra historiografía . Listín Diario. 22. 24 y 27 de octubre, y 4. 7. 1 ? y 18 de noviem bre de 1975. Un enfoque diferente en Frank M oya l’ons. 11 istoriografía dominicana contem poránea EstudiosSociales, vol x x x u num 116 (abril junio de 1999). p p ?9 S<». l ám bien véase, com o antecedente de este escrito, a Roberto Cassa. 11 istoriografía de la República Dominicana . Ecos .año I. m ini 1 (199?). PP- 9 -J 9 - ‘Tal caracterización se consagró en una serie proyectada de las ediciones de la Universidad Católica M adre \ Maestra, titulada Ll gran pesim ism o dom inicano Solo apareció el prim er tom o, contentivo de los dos textos más conocidos de lose Ram ón López: Elgran pesimismo dominicano.José Ramón L o p e Santiago. Universidad ' 'atóliea Madre y Maestra. 197$ 11 ISTORI Vv1 1 NI RAL l'l l l’l EBLO DOM INICANO tífc- 4 7

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