Historia General del Pueblo Dominicano Tomo I
un político de controversia! protagonism o.'' R etirad o d e la política tras el triu n fo de los azules, su devoción religiosa lo m otivó a la redacción de su m onum ental ob ra."' En vida suya salieron d o s tom os, m ientras q u e el tercero fue com pletad o por su hijo A d o lfo A lejan d ro N ouel. arzobispo desde 19 0 6 . tras la m uerte de M erino. C a rlo s N onel abrevó en los archivos eclesiásticos, entre los cuales valorizó el del A rzobispado, contentivo de los docum entos m as antiguos conservados en el país. D e particular valor son las correspondencias d e los párrocos y otros sacerdotes. C o n tó con la ayuda de su hijo, dign atario d e la Iglesia que cursaba estudios en R om a, para dispo n er d e docum en tos que ilum inaban aspectos d e los tiem pos antiguos. N ouel fue un con tin uador de G arcía en la búsqueda de acervos docum entales dispersos, lo que le confirió a su obra una en tidad técnica que solo era conocida en G arcía v Del M onte X En verd ad, la Historia eclesiástica no tuvo solo 1111 valor erudito, sino que se plasm o com o un tratado general d e la historia del país, cierto que m enos atento a la política que el de G arcía, pero q u e no d ejab a d e com plem entarlo en ese cam p o y en otros relativos a décadas d e m uy escasa inform ación docum ental, entre las últim as del x v m y las iniciales del x ix M Pese a su form ación co m o letrado conservador, ya desde las postrim erías del x ix . N ouel se insertó en el en torno del liberalism o sistém ico. p o r lo que su ob ra se distinguió netam ente d e la d e los conservadores, incluido G alvan. pero no tuvo las m otivaciones dem ocráticas de lo s típicos expon en tos del liberalism o narrativo. C o n el h orizonte puesto en la narración de hechos, al igual que otros autores, n o le interesó indagar en las problem áticas sociológicas que. en la ép oca en que escribía, eran ya características d e los positivistas, co m o se vera de inm ediato M a c v tk icn tc f í f i c t a f ana it t ic a ; P O C O T I E M P O D E S P U É S D E L O S P R I M E R O S T E X T O S D E L O S L I B E R A L E S , fiiccm ergien d o otra corriente ue ya 110 consideraba la historia con los m oldes de la política, sin o por m ed io de la com pren sión d e la sociedad. Im plicaba el esplazam iento d e la narrativa de hechos p o r la explicación d e determ inantes. A un que su o b jeto fuera la historicidad, los xponentos de esta corriente, salvo excepciones, no se expresaron m ediante fórm ulas historiogra ticas que integraran elem entos om o la erudición y la cronología. C o m o 110 apuntaban a los detalles derivados d e la narrativa política, prefirieron el ensayo, eneralm ente destinado a la prensa M lodos ellos adoptaron la defensa de la ciencia m oderna, concepción ausente en los historiadores narrativos. En la nueva corrien te alternativa de pensadores la base del análisis debía desprenderse de fórm ulas • científicas -, l a m odernidad, im perativo del destino ya aclarado en los países centrales, obligaba a desechar las creencias m etafísicas. N o obstante, las m anifestaciones cicn tificistas en el país no se di rigieron a cuestionar frontal m ente la religión, com o fue propio en otros m edios, pero si sus preceptos contrapuestos con la razón. Tal gén ero d e exigencias se con ectó con la vigencia el positivism o, visto com o la doctrin a que perm itiría em p ren d er la m odernización y ed ucar a la población en torn o al saber ientífico técnico M En realidad, la necesidad d e la ciencia y d e su aplicación en el estudio acerca d e la sociedad y la historia ntecedió a la im plantación d e la corrien te positivista, pero fueron pocos los pensadores que antes de 18 8 0 m arcaron un giro Inicia el estudio d e la historia en clave analítica. Sin duda, el m ovim iento que cobró cu erpo en tal sentido estuvo influenciado por l im pacto de Eugenio M aría de I lostos X Lo que tipificó esta corrien te fue la centralidad acordada a la definición de los on torn os d e la realidad nacional. T odos ellos, com o interpretes d e la colectividad, asum ieron una perspectiva pragm ática om prom etida co n la intelección d e sus problem as y la búsqueda d e soluciones que perm itieran la plasm acion del ideal nacional civilizador. Estos autores se situaron preferen tem en te com o intelectuales reflexivos sobre la condición nacional, y no com o historiadores en el sen tid o técnico. Sus tem áticas confluían en postular una reform a cultural que se revirtiera en el sistem a político, l a referencia a la historia era obligada, aunque n o operara con fórm e a los m oldes form ales d e la historiografía. Adem as e elaborar síntesis a partir d e tem áticas sociales \ culturales, apuntaron al análisis, q u e contraponían en cierta m anera con la n arración l’ero n o exclu ían la validez del procedí m ien to d e los h istoriadores, al grad o que incluso Eugenio M aría de I lostos. el m as teórico d e esos en sayistas, m anifestó ap recio p o r la o b ra de José G a b riel G arcía'1" M U na de las im plicacion es del sesgo an alítico del pen sam ien to liberal radicó en q u e sus p o rtad o res su peraro n la con fian za o p tim ista d e los liberales previos. En casi tod os, salvo U liso s Lspaillat. su in dagatoria co rresp o n d ió al m om en to en q u e se a firm ó el E stado-n ación , tras el ascen so d e los azules al poder. A n tes prim aba la con vicción q u e el lib eralism o en el p o d e r in evitab lem en te ab riría la puerta a la realización n acional, conclusión q u e tu vieron que d e scarta r los pensadores analíticos. A n te el m an ten im ien to de situacion es funestas, com o el caudillism o, la d ictad u ra, la pobreza y la ignorancia d e las m asas, se pregun taron q u é fallaba, dó n d e se h allaban los d eterm in an tes para q u e el co lectivo no in gresara en una sen da d e civilización . Los liostosianos ■''Rufino M artínez. Diccionario. pp.}8l 82 "C arlos Nouel. / listona eclesiásticade laÁrqnidióccsís Je Santo Domingo. Roma. 1911 lu eel caso de Eugenio María de I lostos. Qinsqueya. su sociedad \ algunos do sus hijos-, en Rodrigue/ Dem ori/i, (ed.) Páginasdominicanas Santo Domingo. « 979 .p p 92 i~o. IIIs rO H I.U il S I RAI ni l IT I IlL O n O M IM i ANO
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