Historia General del Pueblo Dominicano Tomo I

psicoanál isis. puesto que al parecer el autor no había interiorizado el espíritu dogm ático del m arxism o soviético. En cualquier caso, el dom in io del m arxism o, com o se expon e en ese libro, todavía era precario. Junto con verdaderas innovaciones, el libro contem a análisis idealistas, centrados en torn o a sentim ientos psicológicos, visual izados com o m otores d e la historia, com o lo reconoció el autor m uchos añ o s después. Fue el caso de la descripción d e las causas del caudillism o, según él determ inadas p o r el ■com plejo heroico . o d e los rasgos de la dictadura, visualizados com o expresión de la personalidad del tirano M lim eños G rullón. de todas m aneras, con den ó al im perialism o y percibió a la dictadura com o expresión del con cierto d e las clases dom inantes, aunque hizo la excepción d e una burguesía patriótica. En las décadas siguientes, este pensad or no volvió a in ten tar aproxim aciones a la historia dom in ican a v se cen tró en problem as filosóficos. Tal vez esta renuencia guardaba relación con una m oderación d e la tom a d e posición política, q u e lo llevó a pactar con los n orteam ericanos en las postrim erías del trujillato. Seria a partir d e 1 965, desengañado con el sistem a, cuan do em p ren d ió d e nuevo una síntesis general d e la historia dom inicana. El prim er producto todavía evidencia tanteos a ciegas, con calidad intelectual deficiente.4" A ún no había decidido som eter al sistem a a crítica sis tem ática, por lo que la obra qu ed ó en un limbo. Poco después, ya d e vuelta al país, tom ó partido beligerante p o r el m arxism o y se to rn ó en adalid intelectual del socialism o. N o pudo ejercer m ayor influencia a causa do los errores políticos que com etió entre 19 6 0 y 1963 Esta distancia 110 es ób ice para que se deba reconocer que Jim en es G ru lló n fue el intelectual m as profundo y sistem ático d e aquella época M E11 gran m edida, la obra d e Jim enes G rullón tuvo un carácter polém ico. Le interesó rebatir las teorías desarroll istas o reform istas y. en particular, a quienes consideraba los expositores intelectuales de ellas, com o Joaquín Balaguer y Juan Boschd" I’artió del supuesto d e q u e el régim en económ ico-social del país era capitalista, por lo cual había perdido vigencia toda política que 110 se planteara el socialism o com o objetivo program ático M I Insta inicios d e la decada de 197O estos planteam ientos se hicieron en abstracto y con una derivación crítica. D e todas m aneras, en esos años incursiono en la crítica historiográfica. co n fó rm e a la cual hizo la clasificación arriba com en tad a. Q u e se sepa, fue la prim era aproxim ación analítica a la evolución de la disciplina en el país, que tenía p o r propósito validar la em ergencia d e la aproxim ación m aterialista com o la única identificada con un paradigm a científico. L11 esos años, asim ism o, som etió a crítica la práctica de la izquierda, a la que califico d e - falsa-, a I111 de postular la necesidad de que surgiera una izquierda apegada a principios M l úe solo con la publicación del prim er tom o d e su ob ra postrera, en 1974. que las propuestas teórico m etodológicas so plasm aron en una inv estigación histórica d e envergadura.5" A l igual q u e en la anterior síntesis, pretendió abarcar el proceso en su conjunto, aunque en este caso con un recorte a partir de 1844. en función de que de sus intereses intelectuales, La ardua em presa quedaría sin concluir, pues el tercer tom o llego hasta m ediados del período d e Trujillo. cuando el objetivo program ado era hacerlo hasta 19-66. m om ento de im plan tación del esquem a político vigen te presidido por Balaguer X A pun tan do a una pragm ática revolucionaria, la política a que apuntaba Jim enes G ru lló n 110 se sustentaba en la narrativa, sin o en las determ in acion es del m aterialism o histórico. Los sectores, los intereses, las visiones y las luchas se reconocen e n función de adscripciones d ecíase. Los actores responden a una estructura económ ica en la que se contraponen el capital v el trabajo. Sin em bargo, reconoce lúcidam ente déficit entre los trabajadores para arm ar propuestas políticas, por lo que en gran m edida han sid o arrastrados p o r las fracciones burguesas. Esta constante llam a a la captación d e las clases com o relaciones atrasadas, que a su vez depen d e de las particularidades de las relaciones de producción. Para Jim enes G ru lló n la especificidad do la historia republicana estriba en que el dom in an te m odo d e producción capitalista está im bricado con un m odo d e producción colonial, de tipo precapital ista. Estas consideraciones 110 Inerón avaladas con razonam ientos o inform aciones em píricas suficientes en el terren o económ ico--social, por lo q u e quedaron en el terreno de la hipótesis. En buena m edida, las conclusiones de Jim en es G ru lló n se explican por el en foque circulacionista en tonces en boga en tre h istoriadores y sociólogos latinoam ericanos. Esto 110 fue ób ice para q u e m uchos d e los análisis exhibieran riqueza y originalidad, y se basaran en una consulta d e fuentes bibliográficas y hem erográficas X P EDRO M I R E L P O E T A N A C IO N A L fue un au to r m ultifacético. que in cursion o en la poética y la historiografía. E xilado en M éxico, escribió su prim era ob ra acerca de m ovim ien tos sociales tem pranos con tra la o p r e s i ó n .E n esta o b ra utilizó 1111 procedí m iento d e síntesis qu e. con jun tam en te con el prism a m arxista. introducía 1111 ám bito equivalente a la im aginación creadora acaso p o r 1111 im perativo estético de proyección d e los sujetos. La n ovedad, que persistía en el m om en to d e edición veinte años después, radicó en in troducir la tem ática do la lucha social. D etrás de lo s personajes evocados subyace un atisbo de m etateoría luán Isidro Jim enes Cirullón, U iR cpáblica Dminkmtl; unajicctíii. M érida. i<K>s ;i Inan Isidro Jimenes Grullón. América Latina y la revolución socialista. Sam o Dom ingo. I 9 “ i ' Juan Isidro Jim enes ( irullon. Sociologíapolíticadominicana, romo i Sanio Dom ingo. 10-4. '•Pedro M ir. Tro leyendasdecolores Santo Domingo. 1968 h i s t o r i a ( ¿ r n i : k \ i ni i i - u r i o i » o m i \ i « \ \ o teS 98

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